Rivalidad entre Hermanos

Marisol Muñoz-Kiehne, PhD

¿De Qué se Trata?

  • El celo es una emoción básica, natural e inevitable; el celo entre hermanos es típico y normal en los hogares de más de un niño.
  • Ofrece la oportunidad de aprender a cooperar, negociar, resolver conflictos, relacionarse con los pares.
  • La severidad y frecuencia depende de las edades, la diferencia de edad, los temperamentos, y de cómo se manejan las disputas.
  • Las disputas, peleas, y resentimiento excesivos pueden ser destructivos a la relación entre hermanos, y a futuras relaciones.

¿Por Qué Pelean?

  • Por atención, por aceptación, por posición, y por posesión.
  • Por competencia, el niño se siente desplazado, destronado por el hermano.
  • Somos padres diferentes para cada uno de nuestros niños; a los mayores les ofrecemos más energía, a los menores más experiencia.

¿Qué Hacer?

  • Involucrar a los niños en actividades, decisiones, eventos importantes.
  • Ofrecer privilegios para mayores, medianos y menores.
  • Cada cual como único, diferente- afirmar la personalidad y talentos de cada cual.
  • Cada cual como importante- respetar el tiempo, espacio, y pertenencias de cada cual.
  • Atención individual regularmente, con contacto físico y reconocimiento verbal.
  • Clima familiar de afecto, confianza, y seguridad.
  • Trato justo y equitativo, no igual.
  • Preparar a los niños para los cambios esperados (con plática, juegos, libros).
  • Enseñar, estimular, reconocer, y premiar comportamientos cooperativos, solidarios, respetuosos.
  • Establecer reglas específicas de convivencia en el hogar- ponerlas por escrito como recordatorio.
  • Enseñar a compartir y a jugar con compañerismo.
  • Enseñar alternativas a las peleas- retirarse, negociar, pedir ayuda o intermediarios.
  • Enseñarles a concentrarse en lo que puede y tiene cada cual, sin comparaciones.
  • Ignorar, desalentar, o castigar comportamientos agresivos o destructivos.
  • Cuando hay un conflicto, disciplinar a ambas partes.
  • Identificar las situaciones que provocan rivalidad, y evitarlas o apoyarles al enfrentarlas.
  • Experiencias independientes- donde cada cual escoge y se manifiesta.
  • Experiencias compartidas- sobremesa, juegos divertidos y paseos placenteros como familia.
  • Libros para adultos (Sobrellevando la Rivalidad entre Hermanos, Shari Cohen) y para niños.
  • Platicar, desahogarse, y expresarse con arte y música, escribir en diario.
  • Buscar ayuda profesional si las conductas relacionadas a los celos están causando daño emocional o físico.

¿Qué Evitar?

  • Comparaciones- crean competencia.
  • Favoritismo- cuando hay predilectos o preferidos entre los hermanos, todos pierden.
  • Sobrenombres negativos- sólo perjudican.
  • Expectativas no razonables- esperar demasiado de los mayores, y no suficiente de los menores.
  • Reaccionar exageradamente a las disputas típicas de los hermanos.
  • Intervenir en disputas que pueden resolver independientemente.
  • Forzar disculpas o abrazos.

Menos Gritos y Más Gozo

Marisol Muñoz-Kiehne, PhD y Rona Renner, RN

La mayoría de los padres de familia no quieren gritar, pero muchas situaciones provocan regaños y gritos. Si siente cansancio, hambre, o frustración, tendrá más dificultades manejando sus emociones, y el gritar es a veces una reacción automática.

He aquí unas medidas a tomar para gritar menos y gozar más en su familia:

Reduzca su estrés

  • Si está haciendo demasiado, decida qué es lo más importante, y elimine otras actividades.
  • Duerma suficiente, y descubra maneras de relajarse.
  • Ejercítese regularmente y coma bien.

Decida gritar menos

Piense en por qué esta es una meta importante para usted y su familia. ¿Cómo se sentía en su niñez cuando sus padres gritaban? ¿Se portan mal o se asustan sus niños cuando usted grita? ¿Le gustaría vivir en un hogar más calmado?

Desarrolle un plan

  • Dígale a su familia que cuando sienta su nivel de estrés aumentar, tomará un descanso de cinco minutos.
  • Identifique los obstáculos que dificultan su intención de gritar menos. Quizás su pareja o hijos no están ayudándole suficiente.
  • Pida apoyo y ayuda. Si su hermana le ha ofrecido cuidarle los niños, acepte el ofrecimiento.

Maneje su enojo

  • El primer paso para gritar menos es reconocer lo que le altera. Si toma apuntes identificará las circunstancias en las que está más propenso a gritar. ¿Tiende a gritar a cierta hora del día? ¿Se encuentra usualmente en casa o en el auto cuando grita? ¿Qué comportamientos provocan sus gritos, y cómo se siente entonces?
  • Tome notas por lo menos una semana, y conocerá mejor sus tendencias y patrones. Reflexione sobre sus apuntes.
  • Imagine una cámara en su hogar tomando fotos de usted cuando grita. ¿Qué ve?
  • Sea amable con usted mismo al observar sus patrones de comportamiento. El hecho de que esté leyendo esto significa que es un padre de familia dedicado.
  • Respire profundamente antes de responderle a sus niños. Si está a punto de gritar, retírese y piense en lo que quiere lograr. Trate de disciplinar respetuosamente, con amor y límites. Dejarle saber a sus niños lo que espera que hagan, y seguir su conducta con consecuencias ayudará a reducir la gritería.

Disfrute el tiempo que dedica a su familia. El mayor legado que puede dejarles es un hogar armonioso.

Recursos

  • www.nurserona.com
  • Is that Me Yelling?: A Guide to Getting your Kids to Cooperate Without Losing your Cool

Enseñando Responsabilidad

Marisol Muñoz-Kiehne, PhD

La responsabilidad es tanto un valor fundamental, como una cualidad o destreza que aspiramos desarrollen nuestros hijos. Responsabilidad es sustantivo y verbo, un principio que se lleva a la práctica.

Como otros valores, la responsabilidad, aunque afectada por influencias externas, se aprende principalmente en el hogar.  He aquí unas guías para cultivar responsabilidad en la actitud y conducta de nuestros niños.

  • Entender la responsabilidad como “habilidad para responder”
  • Recordar de quién y cómo aprendimos responsabilidad nosotros
  • Tener en cuenta que la responsabilidad se aprende en atmósfera de cariño, firmeza, y dignidad, no control o desorden
  • Notar que las responsabilidades nos hacen sentir útiles, necesarios, apreciados
  • Ofrecer oportunidades para demostrar responsabilidad
  • Acordar cuáles son las responsabilidades y consecuencias de cada cual, según sus capacidades
  • Servir de ejemplo de cumplir con nuestras responsabilidades
  • Enseñar a asumir responsabilidad sobre los problemas y las soluciones
  • Enseñar a manejar el tiempo y el dinero
  • Enseñar a cumplir con las tareas del hogar y de la escuela según sus capacidades
  • Cumplir con deberes, acuerdos, palabra y promesas
  • Devolver lo que tomamos prestado, no dar excusas, no gastar más de lo que podemos
  • Disculparnos y corregirnos al cometer errores
  • No mentir, dejar pasar, pagar o premiar los errores de nuestros niños
  • Dejar que nuestros niños tomen decisiones y asuman responsabilidad por las consecuencias
  • Inculcar que todo derecho trae responsabilidades
  • Demostrar que con conducta responsable ganamos privilegios; con conducta irresponsable, los perdemos
  • Dar responsabilidades a nuestros niños; si no cumplen, permitir que enfrenten las consecuencias
  • Darles la misma responsabilidad otra vez, para darles la oportunidad de demostrar que aprendieron de la experiencia

Enseñando Respeto

Marisol Muñoz-Kiehne, PhD

El respeto es tanto un valor fundamental, como una cualidad o destreza que aspiramos desarrollen nuestros hijos. Respeto es sustantivo y verbo, un principio que se lleva a la práctica.

Como otros valores, el respeto, aunque afectado por influencias externas, se aprende principalmente en el hogar.  He aquí unas guías para cultivar respeto en la actitud y conducta de nuestros niños.

  • Vivir las palabras de Benito Juárez: “El respeto al derecho ajeno es la paz”
  • Recordar de quién y cómo aprendimos a respetar nosotros
  • Notar que el respeto se gana dándonos a respetar y tratando a otros con respeto
  • Mostrar respeto propio, respeto a los mayores, a la autoridad, a las leyes
  • Comunicar respeto sin palabras (con la mirada y el tono de voz)
  • Respetar y tolerar personas con ideas o visiones diferentes a las nuestras
  • Permitir la expresión de pensamientos y sentimientos negativos
  • Permitir desacuerdos
  • Resolver los conflictos sin violencia
  • Tratar a nuestros hijos como a nuestros mejores amigos
  • Respetar, tomar en serio sus opiniones, sus emociones y sus decisiones
  • Respetar la privacidad de nuestros hijos (puerta cerrada, pertenencias personales)
  • Demostrar respeto al escuchar, al hablar, al actuar
  • Practicar buenos modales: Gracias, por favor, lo siento
  • Practicar pedir permiso, disculpas, perdón
  • Enseñar cómo pensar y tomar decisiones, no qué pensar ni qué decidir
  • Estimular, dar ánimo sin presionar o empujar
  • Evitar juzgar, criticar, invalidar sus ideas y sentimientos
  • Evitar comparar a sus hijos; la vida no es una competencia ni un concurso
  • Evitar el uso del sarcasmo y la burla
  • Comunicar mensajes importantes: creo en ti, confío en ti, eres importante, tú puedes

Disciplina: Libertad y Límites

Marisol Muñoz-Kiehne, PhD y Rona Renner, RN

Cuando los padres de familia hablan sobre disciplinar a sus niños, a menudo se refieren a castigarlos. A lo que nos referimos aquí al hablar de disciplina es a enseñar a los niños lo correcto de lo incorrecto, de una manera respetuosa y efectiva. El método a utilizar dependerá de su propia experiencia y de la edad y conducta de sus niños. Los niños aprenderán a manejar sus emociones y resolver sus conflictos observándolo a usted, así que mantenga la calma, y piense en lo que necesitan sus niños.

Guías Disciplinarias

Establezca normas y expectativas claras. Comunique claramente lo que quiere decir, y no diga lo que no esté dispuesto a cumplir. Si es hora de irse del parque, no amenace a los niños a dejarlos allí. Anuncie la hora de partida con 5 minutos por anticipado, y llévese a los niños a la hora indicada, aún si se quejan.

Demuestre que acepta las emociones y los deseos de sus niños. “Veo que estás triste por no poder ir a la escuela con tu hermano. Pensemos en lo que haremos cuando regrese a casa.”

Implemente consecuencias razonables por el mal comportamiento, y reconocimiento por el buen comportamiento de sus niños. Cuando su hijo moleste a su hermanita, retírelo a otra habitación por un tiempo determinado. Cuando la trate bien, déjele saber lo mucho que aprecia esta conducta.

No espere más de sus niños de lo que ellos son capaces de hacer. En lugar de enojarse con sus pequeños por estar inquietos en la tienda, pídales que le ayuden a seleccionar las frutas y las verduras, y a contarlas. Las salidas a hacer mandados deben ser breves.

Presente un frente unido con su pareja y otros encargados de sus niños. Si le permite a sus niños una hora de ver TV diaria, asegúrese de que los demás adultos implementen esta norma. Si sus niños tienen berrinches a la hora de apagar la TV, considere eliminar el privilegio de ver TV el día siguiente.

No implemente consecuencias negativas cuando esté bajo los efectos del enojo. Si sus hijos le hablan groseramente y usted empieza a enojarse, cálmese antes de decidir qué consecuencia impartirá.

Si el mal comportamiento de sus hijos aumenta, escuche, observe, y reflexione sobre lo que puede estar sucediendo. A veces la conducta de los niños es una manifestación de estrés, temor, u otras emociones. Comparta tiempos divertidos con sus niños, y provéales de un entorno seguro con rutinas, libertad, y límites.

Disciplina Vitamina: Ni Guillotina, Ni Gelatina

Marisol Muñoz-Kiehne, PhD

(Basado en el artículo escrito originalmente para Baby Center en Español)

Si al contemplar a sus hijos se pregunta cuándo pensar en asuntos de disciplina, recuerde el refrán popular que nos advierte que “Árbol que crece torcido, jamás su tronco endereza.” También hay algo de cierto en el dicho que nos consuela diciendo que “Nunca es tarde si la dicha es buena,” mas los estudios sobre la crianza infantil y la experiencia de los padres de familia coinciden al concluir que, cuando de disciplina se trata, “Mientras antes, mejor,” pues “Mejor es prevenir que tener que lamentar.” Por lo tanto, tenga su retoño 5, 10 o 15 años, recomendamos comenzar a considerar y a conversar sobre cómo le va a disciplinar.

Disciplina: madre y maestra, mensajes y metas

Para muchas madres y padres Latinos la palabra “disciplina” evoca sentimientos y pensamientos negativos. Para algunos, surgen recuerdos desagradables de situaciones angustiantes, palabras humillantes, y castigos dolorosos. ¿Acaso aún no sentimos escalofríos al imaginarnos lo que sucedería cuando llegara papá a “disciplinarnos” cuando nos habíamos portado mal, o al visualizar a la temida “decana de disciplina” de la escuela? Si piensa que disciplinar se trata de controlar o castigar a los niños, continúe leyendo y aprenderá lecciones que le beneficiarán tanto a usted como a sus hijos, desde la infancia hasta la adolescencia y más allá.

Hablando de lecciones, el origen de la palabra “disciplina” es, precisamente, “discípulo, estudiante.” Disciplinar significa enseñar, guiar y preparar a los niños para la vida. Los padres de familia juegan papeles cruciales y comunican mensajes esenciales al disciplinar a sus hijos. Entre otros, les sirven de maestros (“te enseñaré lo que sé”), de guías (“te mostraré los caminos de bien”), y de entrenadores (“te prepararé para el partido de la vida”).

Por medio de la disciplina, vamos enseñando a los niños, desde pequeños, las lecciones más importantes de la vida, tales como expresar sus emociones, controlar su conducta, y pedir ayuda cuando la necesiten. Según los niños van aprendiendo estas lecciones, se van acercando a las metas de sus padres de que sus hijos crezcan “bien educados” y no “malcriados.” ¿No es cierto que una de sus metas como madre o padre es que sus hijos aprendan a conducirse y a comportarse para convivir en familia y comunidad?

No es fácil cumplir estos papeles, impartir estos mensajes, enseñar estas lecciones y alcanzar estas metas. Al intentarlo, tendemos a utilizar ciertos estilos disciplinarios, a menudo basados en cómo se nos disciplinó en nuestra infancia.

Estilos disciplinarios: "ni poco ni demasiado," "todo en exceso hace daño"

A continuación resumimos las características de los estilos disciplinarios más comunes. ¿Cuál predominaba en su hogar durante su niñez? ¿Cuál practica con sus hijos?

Sargento

Estilo disciplinario basado en la autoridad y el control por parte de los adultos, a menudo con la intención de proteger a los niños. Las reglas se imponen como órdenes, de manera dura y rígida. Ya que no hay diálogo, los niños no aprenden a pensar ni a tomar decisiones, sólo aprenden a seguir instrucciones. La relación entre los padres y los hijos tiende a ser fría y distante. Especialmente cuando se utiliza el castigo físico, los niños obedecen a los padres, más por temor que por respeto. Si han sufrido o presenciado maltrato en manos de sus padres, los niños pueden desarrollar identidad de intimidador o de víctima. Por todo esto, ¡cuidado con esta "disciplina guillotina!"

Salvavidas

Muchas veces se aplica como reacción opuesta a los padres haberse criado con un estilo sargento extremo. El estilo disciplinario salvavidas carece de límites claros y de consecuencias para la conducta. Los padres complacen en todo a los niños, y no les enseñan lo que significa "no" o "basta." Sin reconocer orden ni autoridad, los niños no aprenden a seguir reglas ni a ser responsables por su comportamiento. La relación entre los padres y los hijos tiende a ser una entre iguales, y cuando los niños enfrentan límites o consecuencias por su conducta, los padres vienen a su rescate. Los niños tienden a crecer creyendo que lo merecen todo, y que pueden violar las leyes con impunidad. Así que, ¡alerta con la "disciplina gelatina!"

Sabio

Estilo disciplinario que combina lo mejor de los estilos sargento y salvavidas. Los padres establecen reglas razonables, límites claros, y consecuencias consistentes pero flexibles. Al haber diálogo, los niños aprenden a pensar y a tomar decisiones. Al no haber maltrato, los niños aprenden a respetar y a asumir responsabilidad por su conducta. Se cultiva una relación estrecha y cálida entre padres e hijos, sin olvidar que "Donde manda capitán, no gobierna marinero."

Hay ocasiones en las cuales el estilo sargento o el estilo salvavidas son apropiados. Por ejemplo, si su pequeño intenta cruzar la calle en medio del tráfico, es hora de imponer tu autoridad de manera firme y absoluta, y de rescatarlo de inmediato. Y si su chiquita es víctima de trato injusto, ¡vuele con tu capa de superhéroe a su defensa! Pero en la mayor parte de las situaciones de la vida diaria el estilo disciplinario sabio es el más efectivo a largo plazo, pues fomenta relaciones sanas entre los adultos y los niños, mientras éstos desarrollan su juicio y carácter.

Casi todos los padres de familia hacen lo mejor que pueden según sus circunstancias, mas innumerables padres de familia repiten con sus hijos los errores cometidos por sus padres en el pasado, especialmente cuando no cuentan con influencias constructivas o reconstructoras a su alrededor en el presente. Las malas noticias son que tendemos a replicar con nuestros hijos lo que aprendimos de nuestros padres, aún cuando se equivocaron. Las buenas noticias son que nunca es tarde para aprender y enseñar a nuestros niños la ciencia de la disciplina Latina que no es "guillotina," pero tampoco es "gelatina."

La ciencia de la disciplina: conciencia, paciencia, consistencia y persistencia

A la hora de disciplinar a sus hijos, sean infantes o adolescentes, el siguiente verso puede servirle de recordatorio: "La disciplina es una ciencia: a conciencia, con paciencia, consistencia, ¡y persistencia!"

Conciencia

  • Disciplinar a conciencia quiere decir pensar antes de hablar o de actuar
  • Considere qué lección quiere impartirle a sus hijos con sus palabras y acciones
  • Enséñeles a comportarse por medio de su ejemplo
  • Figure qué necesidades están comunicando sus hijos mediante su conducta
  • Por ejemplo, los berrinches de su niño pueden comunicar que se siente enfermo, cansado, frustrado, angustiado, fuera de control, o pueden ser un intento de tratar de convencerle a que ceda a sus antojos

Paciencia

  • Disciplinar con paciencia es responder en vez de reaccionar
  • Ejerza su autoridad firmemente sin palabras o actos que puedan lastimar a sus hijos
  • Maneje su estrés y frustración sin humillar o agredir a sus hijos
  • Aprenda destrezas para manejar el enojo, tal como respirar profundamente
  • Por ejemplo, cuando su hija desobedece o desafía, afirme su autoridad con calma y sin perder las casillas

Consistencia

  • Disciplinar con consistencia comienza al delinear reglas razonables
  • Establezca límites claros, para que sus hijos sepan qué es aceptable y qué no lo es
  • Implemente consecuencias positivas o negativas según la conducta
  • Preferiblemente, las reglas, los límites y las consecuencias son los mismos o similares en los diferentes contextos en los que crecen sus hijos
  • Por ejemplo, para que el niño aprenda que no debe morder a otros, cada vez que muerda todos los involucrados en su crianza pueden decirle "¡No! Morder duele," y retirarlo al "tiempo-fuera" un minuto por cada año de edad

Persistencia

  • Disciplinar con persistencia significa nunca rendirnos, a pesar de los pesares
  • Recuerde que las lecciones que imparte a sus hijos al disciplinarlos son lecciones para toda la vida
  • Persista ante los contratiempos, errores y obstáculos, ya que "El que persevera, alcanza"

Ayuda Disciplinaria

"Dos cabezas piensan mejor que una" y "Preguntando se llega a Roma"

Bien sabemos que es difícil disciplinar consciente, paciente, consistente y persistentemente, especialmente cuando nuestros hijos crecen en un suelo distinto al de nuestras raíces y no contamos con la red de apoyo con que contaban nuestros abuelos.

Por eso, recomendamos que aproveche la guía y el apoyo profesional disponible en sitio en la Internet como éste, en clases para padres de familia, y en consultas de consejería. Puede adoptar o adaptar las sugerencias de los expertos “En su casa, y en su caso.” Los siguientes libros también pueden ayudarle.

  • Criando a su Niño con Orgullo Latino (Dra. Carmen Inoa Vázquez)
  • Criando Nuestros Niños: Educando a Niños Latinos en un Mundo Bicultural (Dra. Gloria G. Rodríguez)
  • ¿Dónde están las Instrucciones para Criar a los Hijos? (Dra. Isabel Gómez-Bassols)

Crianza Contra el Bullying

Marisol Muñoz-Kiehne, PhD y Rona Renner, RN

A menudo nos enteramos de noticias horrorosas sobre niños que son victimizados por otros niños en la escuela, el vecindario, y en la Internet. Existen programas escolares intentando mejorar el clima en los planteles educativos, y hay padres de familia supervisando las redes sociales, mas no hablamos lo suficiente acerca de los niños que acosan, y sobre lo que podemos hacer para prevenir que nuestros hijos se conviertan en unos de ellos.

He aquí unas consideraciones a tomar en cuenta:

  • Conozca y comprenda el temperamento de sus hijos.  Cuando los niños son sensitivos, ayúdeles a navegar las aguas de la amistad y la vida escolar.  A los niños activos e impulsivos les encanta ser el centro de atención. Proporcióneles oportunidades de expresar sus energías.
  • Pase tiempo con sus hijos y sus amistades. Conozca las amistades de sus hijos y preste atención a los valores que demuestran. ¿Se siente su hija atraída a los niños "problemáticos?" Trate de entender por qué sus hijos son amigos de los niños que son crueles con otros.
  • Establezca límites y consecuencias para la conducta inapropiada.  No excuse el mal comportamiento de sus hijos. Implemente consecuencias razonables, y demuéstreles que espera que la próxima vez se porten mejor.  Preste atención a las conductas positivas. Busque la manera de disciplinar sin castigos severos.
  • Pase sus valores a sus hijos.  No los acose, y no permita que ellos le acosen a usted. Sus hijos seguirán el comportamiento que usted demuestre, más que lo que usted le diga. Muéstrele cómo usted ayuda a los demás. Provea oportunidades para que sus hijos sirvan a los menos afortunados. Note los talentos de sus hijos y las áreas en las que demuestran ser capaces.
  • Elimine la intimidación y aumente la amabilidad en el hogar.  Enseñe a los niños maneras apropiadas de expresar sus emociones y deseos.  Reduzca las peleas entre los adultos. Cuando los niños presencian violencia en el hogar, pueden expresar sus sentimientos de maneras inapropiadas.  Resuelva los problemas entre adultos fuera del alcance de los niños. Si los niños ven o escuchan peleas, asegúrese de hablarles sobre lo que presenciaron y sobre lo que piensa hacer para evitarlo en el futuro.

Para luego es tarde.  

  • La intervención temprana es clave para los niños que son impulsivos, agresivos, o están deprimidos o traumatizados.
  • Comuníquese con los maestros y consejeros escolares.
  • Hable con su médico y procure contactar profesionales de salud mental.
  • Si no sabe dónde conseguir ayuda, llame al 211.

En la vida de los niños ocurren acontecimientos que pueden dirigirlos a trayectorias inesperadas e indeseables. Procure apoyo, y recuerde que los niños que acosan necesitan atención y ayuda para aprender a relacionarse compasivamente. Podemos ayudarlos a evitar que lastimen a otros.

Berrinches y Rabietas

Marisol Muñoz-Kiehne, PhD

A todos nos desesperan y avergüenzan los berrinches y rabietas de nuestros niños, especialmente en lugares públicos. En esos momentos, recordemos que les servimos de ejemplo al permanecer Calmados, Conscientes, Consistentes y en Control, ya que el Estrés y el Enojo de los adultos aumentan los de los niños.

Comprensión

Los niños están más propensos a berrinches cuando se sienten hambrientos, cansados, enfermos, aburridos, atemorizados, o excitados.

Los berrinches voluntarios tienen el propósito de llamar nuestra atención o manipular nuestra decisión. Respondamos a éstos demostrando que la rabieta no ha de funcionar. Podemos distraerlos, ignorarlos durante la rabieta y atenderlos en cuanto se tranquilicen, o implementar aislamiento (time-out). No recompensemos estos berrinches ofreciéndoles atención, aunque sea negativa, ni cediendo ante los pedidos o reclamos. “Cuando te calmes, te ayudaré,” “Te escucharé cuando hables con voz baja.”

Los berrinches involuntarios demuestran que el niño no puede regular, manejar, o verbalizar sus emociones efectivamente. Respondamos a éstos ofreciéndoles consuelo, ayuda, y ejemplos de cómo hablar sobre la situación y expresar sus sentimientos. “Parece que te sientes frustrado, dime si necesitas ayuda,” “Estoy aquí, cuéntame qué pasa y cómo te sientes.”

Acción

Para prevenir berrinches, evitemos la prisa, el desorden, y situaciones que tienden a precipitar rabietas, tales como ir a tiendas muy estimuladoras o llevar a los niños a mandados aburridos. Preparémonos con juguetes, libros, meriendas, siestas. Sentemos normas claras de comportamiento, estableciendo incentivos para motivarlos, y recompensas o castigos como consecuencias del comportamiento.

Durante el berrinche, evitemos que causen lesiones a sí u a otros y destrucción de objetos.

Digámosles lo que vamos a hacer. Pidamos ayuda si necesario.

Después del berrinche, discutamos el incidente y planifiquemos para situaciones similares futuras. Implementemos la consecuencia acordada.

Orientación

  • Clases para padres de familia- ofrecidas en escuelas y agencias comunitarias
  • Consultas de consejería y terapia familiar- con profesionales de salud mental
  • Libro- Vaya Rabieta (Mireille D'Allance)
  • Libro- Controle Las Rabietas de Su Hijo (James C. Dobson)
  • Sitios- www.cyberpadres.com, www.familia.cl, www.familiadigital.com, www.mundopadres.com, www.ninoshoy.com, www.nuestrosninos.com, www.padresehijos.org, www.padresenlaweb.com, www.padresok.com, www.solohijos.com, www.somospadres.com

Acoso Bullying (Entrevista)

Marisol Muñoz-Kiehne, PhD

¿Qué es el acoso entre los niños?

Acoso es cuando un niño o grupo de niños trata deliberadamente de controlar a otros, sea verbal, emocional, o físicamente. Se manifiesta mediante amenazas o agresión física, la exclusión de juegos y actividades, las burlas, y los insultos por apariencia física o raza. El acoso entre niñas tiende a ser verbal, con palabras que lastiman, mientras que los varones demuestran más acoso físico (empujones, golpes).

¿Cuál es la diferencia entre los conflictos y el acoso?

En un conflicto, los niños compiten intentando “ganar,” y las emociones de ambas partes lucen alteradas. En situaciones de acoso, el intimidador parece sentirse calmado y en control, mientras que la víctima muestra angustia o temor.

¿Cuál es la diferencia entre el juego agresivo y el acoso?

Algunos niños juegan de maneras bruscas o toscas que pueden intimidar o lastimar a otros niños sin ser ésta su intención. Muchas veces están copiando lo que han visto a su alrededor o en la televisión, ¡hasta en algunas caricaturas!

Dado el pensamiento egocéntrico de los niños pequeños, a menudo no se percatan de cómo impacta su conducta a los demás. El juego agresivo se considera intimidación cuando, a propósito, el niño domina o controla a otros, sea verbal, emocional, o físicamente.

Los niños que juegan de maneras agresivas pueden desarrollar una reputación negativa. Es importante enseñar a los niños que tienden a ser agresivos al jugar a jugar de maneras activas que no lastiman los cuerpos ni los sentimientos de los otros niños.

¿Qué tan común es el acoso?

Lamentablemente, el acoso es bastante frecuente: cientos de miles de niños son hostigados cada día. El acoso es la forma más común de violencia en nuestra sociedad. Aunque se manifieste a menudo y a través de los diversos grupos sociales y económicos, la intimidación no es una parte normal de la niñez.

¿Qué causa el acoso entre los niños?

Los niños que acosan muchas veces desean que se les vea y reconozca. Buscando atención, hostigan a otros para sentirse más poderosos y fuertes. A veces los niños intimidan cuando sienten celos o envidia, o por haber sido víctimas o testigos de maltrato. Los niños aprenden de los adultos si el acoso es aceptable o no, por lo que tiende a propagarse en entornos con poca supervisión y disciplina inconsistente.

¿Qué consecuencias sufren las víctimas de acoso en la niñez?

El acoso acarrea consecuencias negativas, a las víctimas, a quienes intimidan, y a los testigos. De hecho, puede impactar el clima de la guardería, la escuela o el vecindario, causando que los niños se sientan seguros donde viven o donde van a aprender. El acoso ocasiona consecuencias a corto y a largo plazo para la víctima, tales como: que se sientan indefensos, asustados, o avergonzados, que desarrollen ansiedades o depresión precipitadas por el estrés, o que actúen destructivamente hacia sí mismos o de maneras agresivas hacia los demás.

¿Qué consecuencias sufren los niños que acosan?

Sin los adultos no intervienen, algunas consecuencias que enfrentan los niños que intimidan son: ser rechazados por sus compañeros, limitarse el progreso de su aprendizaje y de sus destrezas sociales, y que aumente su agresividad.

¿Qué consecuencias sufren los niños que presencian el acoso?

Los testigos de la intimidación pueden sentirse inseguros, ansiosos y temerosos de que también serán acosados. Pueden sentirse confundidos, sin saber cómo reaccionar. Pueden sentirse culpables por no poder parar la intimidación. Los testigos el hostigamiento deben ser alentados a reportar todo acto de intimidación.

¿Cuándo debemos intervenir los adultos?

No hay por qué esperar; la agresión es un asunto serio, meritorio de atención e intervención temprana con la participación de los involucrados en la crianza del niño en la guardería y en el hogar. Por el bien del niño agresivo, y de los otros niños presentes, los adultos deben hacer lo posible para entender por qué lo hace, y para que cese la agresión.

Aunque algunos niños tienen temperamentos más dominantes que otros, el acoso es una conducta aprendida. Mientras más se tolera la conducta intimidante, más difícil es eliminarla. Los niños desarrollan reputación de intimidadores desde los años preescolares. El enseñarles maneras de relacionarse sin intimidar o agredir es una responsabilidad compartida entre los adultos importantes en su vida.

¿Deben hablar los padres de los acosados y los agresores?

Depende de las circunstancias y de cómo se hace el acercamiento. Los padres pueden conversar entre sí con una tercera persona, tal como una maestra como intermediaria. De cualquier manera, es importante que los niños se sientan cómodos contándole a sus padres si están siendo intimidados.

¿Debemos alentar a los niños a defenderse?

Es importante que los niños aprendan a protegerse, y a procurar ayuda cuando la necesiten. Debemos alentarles y enseñarles a hacerse afirmativos y auto-suficientes. Los niños deben conocer y defender sus derechos, saber resistir, decir "No," y retirarse de situaciones peligrosas. Ante el acoso o provocación, deben aprender a responder de manera afirmativa, ni pasiva, ni agresiva.

¿Cómo prevenir el acoso entre niños?

  • Supervisar a los niños en todo momento.
  • Asegurarse de que sientan que son importantes y que valoramos su presencia.
  • Servir de buen ejemplo demostrando empatía, respeto y compañerismo en nuestras relaciones.
  • Elogiar los niños cuando muestran conductas amables, compasivas, y justas.
  • Establecer normas y límites claros para las conductas aceptables.
  • Implementar un sistema disciplinario razonable y consistente.
  • Hacer cumplir consecuencias apropiadas para las conductas intimidantes.
  • Cultivar la inteligencia emocional de los niños (identificar y expresar sentimientos sanamente).
  • Enseñarles maneras de resolver conflictos y de manejar su enojo y frustración.
  • Evitar exponerlos a personas, lugares, y situaciones que demuestran maltrato, intimidación, u otras formas de violencia.

¿Cómo prevenir el acoso entre hermanos?

  • Los conflictos entre hermanos son inevitables y hasta pueden ser beneficiosos, pero la intimidación debe evitarse, ya que es perjudicial para todos.
  • La prevención de la intimidación toma tiempo y atención, pues consiste en ayudar al que intimida a conseguir lo que quiere de maneras aceptables, y ayudar al intimidado a responder de maneras no pasivas ni agresivas, sino afirmativas.
  • Mediante nuestro ejemplo, los padres podemos enseñarle a los niños a expresar lo que sienten y lo que quieren respetando los sentimientos y deseos de los demás.
  • Propiciar en el hogar un ambiente seguro en el que se practica y recompensa el trato amable.
  • Hacer todo lo posible por que todos los hijos se sientan importantes y queridos, afirmando la personalidad y talentos de cada cual.
  • Enseñar, estimular, reconocer, y premiar los comportamientos cooperativos, solidarios, y respetuosos.
  • Enseñarle a los niños a compartir y a jugar con compañerismo.
  • Establecer reglas específicas de convivencia en el hogar- ponerlas por escrito como recordatorio.
  • Sugerirle a los niños posibles maneras de negociar y llegar a acuerdos justos.
  • Evitar la intimidación, inclusive el uso del sarcasmo, la burla y la coerción al disciplinar a los niños.
  • Evitar el favoritismo y el comparar a los hermanitos, pues acentúa la competencia entre ellos.
  • Educar a los niños para que reconozcan situaciones de intimidación y respondan a ellas directamente o pidiendo ayuda.

¿Cómo motivar la conducta afirmativa en vez de la agresiva?

  • Enseñarles destrezas sociales para conducirse de manera afirmativa (no pasiva, ni agresiva).
  • Usar muñecos o marionetas para simular situaciones intimidantes y practicar respuestas apropiadas.
  • Practicar decir “No” y “Para” de manera clara y firme.
  • Practicar hablar con mensajes que comienzan con “Yo:” (Yo me siento… Yo quiero… Yo voy a…).
  • Practicar buenos modales (Por favor, Gracias, Lo siento).
  • Practicar el ignorar o retirarse ante conductas intimidantes.
  • Practicar destrezas del manejo del estrés y del enojo (contar, cantar, respirar).
  • Practicar destrezas de resolución de conflictos (tomar turnos, compartir, negociar).
  • Enseñarles a buscar ayuda cuando la necesiten.

¿Cómo ayudar a las víctimas del acoso?

  • Propiciar un ambiente de confianza en el cual se nos acerquen para contarnos sobre cualquier conflicto.
  • Consolarles y comunicarles que no vamos a tolerar ninguna agresión.
  • Usar juegos o dramatización para representar los incidentes sospechosos.
  • Enseñarles a hacer valer sus derechos.
  • Practicar respuestas positivas y humorísticas ante situaciones intimidantes.
  • Alentarles a desarrollar amistades y mejores relaciones con sus compañeros.

¿Importa el ejemplo de los adultos?

¡Es esencial sentar un buen ejemplo, y no "predicar la moral en calzoncillos"! Los niños observan, escuchan, e imitan lo que hacen los adultos. Los adultos sirven de modelo a los niños de cómo expresar emociones, relacionarse con otros, y resolver conflictos.

Podemos utilizar las tareas cotidianas (programas de TV, paseos) para conversar sobre los beneficios de las conductas amables, y lo perjudicial de las conductas agresivas. Debemos mostrarles cómo respetar y tolerar personas con ideas diferentes a las nuestras. Tenemos que enseñarles a resolver conflictos sin violencia.

Como bien lo dijo Octavio Paz, "Entre los individuos como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz."

Acoso Bullying

Marisol Muñoz-Kiehne, PhD

El acoso entre niños, mejor conocido por el término en inglés bullying, es de los problemas más comunes y más dañinos que entorpecen su desarrollo emocional, social, y educacional. Es un asunto serio, meritorio de atención e intervención.

Por acoso o intimidación nos referimos a actos en los que un individuo o grupo con más poder hostiga emocional o físicamente a otros. Al ocurrir repetidamente, crea un patrón de hostigamiento y un ambiente de inseguridad y peligro.

Manifestaciones

Aislamiento intencional, exclusión de grupos y actividades.

Burlas, insultos por apariencia física, raza u orientación sexual.

Rumores, murmuraciones, manipulaciones, humillaciones.

Vandalismo, extorsiones y robos.

Amenazas y actos de violencia física y sexual.

La intimidación puede tomar lugar en persona o por medios de comunicación escrita y electrónica.

La intimidación entre niñas tiende a ser verbal, mientras que los varones demuestran más intimidación física.

Frecuencia

La intimidación es la forma más frecuente de violencia en nuestra sociedad, y los niños aprenden y copian lo que observan en sus hogares, comunidades, y a través de los medios de comunicación. Aunque es común a través de los diversos grupos sociales y económicos, la intimidación no es una parte normal de la niñez.

Los varones tienden a jugar papeles de intimidador e intimidado más frecuentemente que las niñas.

La intimidación verbal tiende a mantenerse constante a través de los años escolares. Sin embargo, la intimidación física tiende a aumentar en la escuela primaria, ser más frecuente en la intermedia, y disminuir en la secundaria.

Algunas encuestas indican que hasta una mitad de los niños de edad escolar son intimidados en algún momento, y que por lo menos un 10% son intimidados regularmente. Se estima que cientos de miles de niños son intimidados cada día, y varios estudios han señalado que un 15% de los niños son traumatizados al ser intimidados por otros niños.

Un informe reciente de la Asociación Médica Estadounidense calcula que aproximadamente 3.7 millones de niños cometen actos de intimidación moderada o intensa, y que más de 3.2 millones son víctimas de los mismos anualmente.

Desde 1992 se han reportado más de 250 casos de muerte en las escuelas por violencia en circunstancias de múltiples víctimas. La intimidación ha sido un factor determinante en la mayoría de los casos de balaceo en las escuelas.

Se ha calculado que en los EEUU diariamente faltan a clase 160,000 niños por temor de ser intimidados por otros estudiantes.

Indicadores

En los niños acosados

Llegan a casa con golpes, o ropa o posesiones maltratadas.

Dicen haber perdido dinero o posesiones.

Se sienten tristes, criticados, rechazados por los demás.

Se sienten perseguidos y demuestran temores.

Evitan la escuela, algunas clases, o ciertas situaciones sociales.

Muestran cambios en sus hábitos de comida o sueño.

Exhiben deterioro en su aprovechamiento escolar.

Llevan o tratan de llevar consigo alguna forma de protección.

Hablan de escapar o de hacerse daño a sí o a otros.

Demuestran conductas agresivas hacia otros más pequeños o débiles.

En los niños acosadores

Parecen no sentir compasión por los demás.

Demuestran necesidad de estar en control y dominar a otros.

Exhiben conductas verbal o físicamente agresivas.

Causas

Aunque posiblemente existen predisposiciones biológicas hacia comportamientos agresivos, la intimidación se considera una conducta aprendida. Tiende a cultivarse y propagarse en ambientes de poca supervisión y de disciplina inconsistente. Los niños aprenden de los adultos si la intimidación es aceptable o no.

En la mayoría de los casos, los niños que intimidan han sido directamente expuestos a patrones de intimidación en el que han sido víctimas o testigos de abuso físico, emocional o sexual. Se postula que los intimidadores hostigan a otros para sentirse más poderosos.

Entre otros precipitantes de actos de intimidación también se han identificado el celo, la envidia, y el deseo de atención. Por medio de la intimidación, algunos niños intentan hacen lucir mal a los demás para lucir más atractivos y fuertes.

Características

Si bien toda generalización es injusta, y valen las excepciones…

Los niños acosados

Manifiestan un concepto bajo de sí mismos.

Se comportan de maneras calladas y pasivas.

A menudo se muestran cautelosos, ansiosos, e inseguros.

Tienden a estar solos, aislados, a carecer de amistades.

Aparentan menor tamaño y fuerza que los intimidadores.

Pocas veces se defienden o vengan.

Los niños acosadores

Tienden a pensar casi exclusivamente en el interés y bienestar propios.

Parecen necesitar y disfrutar el dominar y controlar a otros.

Muchos intimidadores piensan ser superiores, otros se sienten inseguros.

Defienden su conducta aseverando que fueron provocados.

Demuestran dificultades entendiendo las emociones sociales, tales como la empatía, la compasión, la culpa y el remordimiento.

Algunos tienen trastornos psicológicos que no les permiten sentir y pensar normalmente.

A menudo son desafiantes o agresivos en relaciones con adultos y las autoridades.

Consecuencias

La intimidación entre los niños acarrea consecuencias negativas a corto y a largo plazo. Afecta el clima de escuelas y comunidades, impidiendo que los niños se sientan seguros donde viven o donde van a estudiar y aprender. Y, como otras formas de violencia, la intimidación impacta negativamente tanto al intimidado como al intimidador.

Los niños acosados

Faltan a la escuela para evitar situaciones de intimidación.

Reducen su rendimiento escolar por ausencias y dificultades concentrándose.

Se sienten indefensos y asustados.

Sienten vergüenza o culpa por ser maltratados.

Pueden desarrollar enfermedades precipitadas o empeoradas por el estrés.

Pueden desarrollar trastornos de ansiedad, tales como fobias sociales.

Pueden desarrollar trastornos del ánimo, tales como la depresión clínica.

Pueden llegar a considerar la fuga o el suicidio.

Los niños acosadores

Pueden terminar siendo rechazado por sus compañeros.

Reducen su rendimiento escolar por medidas disciplinarias, tales como suspensiones, que impactan su asistencia.

Sin intervención, corren alto riesgo de involucrarse en conducta criminal.

¿Qué Hacer?

Una de las creencias erróneas sobre la intimidación es que ésta cesará con tan sólo ignorarla. No es así. A menos que se intervenga directamente, la mayoría de las situaciones de intimidación entre niños continuará o empeorará.

Si queremos reducir los efectos perjudiciales de la intimidación en nuestros niños, nuestras escuelas y comunidades, los padres de familia y otros encargados de niños pueden y deben actuar para prevenir actos de intimidación, y para eliminarla cuando ya existe.

En el hogar y vecindario

Observar y escuchar atentamente a sus niños.

Notar si exhiben temores de otros niños o de situaciones sociales.

Enseñarles a hacer valer sus derechos.

Evitar decirle a los niños que se defiendan peleando.

Practicar respuestas afirmativas y humorísticas a situaciones intimidantes.

Discutir y demostrar la importancia del respeto y la amabilidad entre las personas.

Enfatizar que el intimidador es temido, no respetado.

Recalcar que el intimidador no tiene excusa, y que el intimidado no tiene culpa.

Alentarles a desarrollar amistades y relaciones de compañerismo.

Hablar sobre los daños emocionales, sociales, educacionales y legales de la intimidación.

Preguntarles a diario sobre la escuela y las relaciones entre los compañeros.

Pedirles que nos cuenten sobre cualquier interacción que los incomode.

Enseñarles que digan a los adultos si son intimidados o presencian intimidación.

Sugerir que nos demuestren a través de juegos los incidentes sospechosos.

Ofrecerse a trabajar en la escuela y a apoyar al personal escolar.

Procurar ayuda de maestros y consejeros si sus niños juegan papel de intimidado o intimidador.

En la escuela o guardería

Desarrollar ambiente en el que se enseña y refuerza el respeto y la amabilidad.

Establecer política de no tolerancia a la intimidación, con consecuencias apropiadas, y repasarla con los estudiantes.

Facilitar que los estudiantes creen y sigan un código de conducta.

Considerar programas especializados en combatir la violencia, tales como la resolución de conflictos, la mediación entre pares, y el manejo del enojo.

Responder pronta y razonablemente a toda queja o incidente de intimidación entre niños.

Alentar a los estudiantes que presencien intimidación a que apoyen al intimidado.

Exhortarles que reporten al personal escolar incidentes de intimidación.

Supervisar a los estudiantes en los pasillos, baños y áreas de recreo.

Intervenir interrumpiendo toda situación de intimidación.

Valores Valiosos

Marisol Muñoz-Kiehne, PhD y Rona Renner, RN

¿Estamos enseñando a nuestros hijos los valores que creemos son importantes para vivir una vida responsable y significativa?

Vivimos en un mundo de alta velocidad y con muchas exigencias.  Los medios de comunicación bombardean a los niños con mensajes que son a menudo opuestos a lo que valoramos.  Éstos animan a los niños a querer más, comer más, ser “sexy”, ser irrespetuosos hacia los adultos, y los niños pasan horas en los medios electrónicos.

Es difícil enseñar a los niños que no pueden tener todo lo que quieren, o lo que tienen sus amistades.  El estimularles a apreciar lo que tienen, a disfrutar la naturaleza, y a ahorrar para algo especial toma tiempo, atención, paciencia, y persistencia.

Es nuestro trabajo como padres, maestros y otros adultos dedicar tiempo a los niños, y no usar el dinero o los regalos como sustitutos de la atención.  El tiempo juntos es el mejor regalo que podemos dar a nuestros niños.

Los adultos comunicamos nuestros valores por medio de nuestras expectativas, palabras, y acciones.  Los niños ven lo que hacemos, y si nos ven mostrando generosidad hacia otros, aprenderán a ser generosos.  Si nos ven agradecidos por los placeres sencillos, no serán codiciosos.  Si exigimos que usen buenos modales, aprenderán a decir “por favor,” “lo siento” y “gracias.”

Guías

1.    Enseñar con nuestro ejemplo, siendo respetuosos y notando lo bueno en las personas y en la vida.  Cuando veamos una película juntos, hablemos sobre los valores de los personajes.

2.    Cenar como familia lo más posible, y conversar sobre eventos comunitarios y culturales que merecen ser discutidos.

3.    Reconozcamos a nuestros niños por ayudar con los platos, o por visitar a la abuela.  No los elogiemos solamente por su desempeño en la escuela o los deportes.

4.    No esperemos que nuestros niños sean perfectos.  Disculpémonos cuando cometamos errores.

5.    Expresemos nuestras opiniones, pero respetemos las diferentes.  Aprendamos sobre culturas y religiones diferentes a las nuestras.

6.    Cuando nos sea posible, llevemos a nuestros niños al trabajo con nosotros.

7.    Resolvamos conflictos sin lastimarnos.  Cuando estemos enojados, calmémonos antes de disciplinar a nuestros niños.

8.    Sentémonos metas como familia, anotémoslas, y discutamos cómo las alcanzaremos.  Tal vez en fechas especiales trabajemos en un refugio, o cocinemos para un vecino que parece sentirse solo.

9.    Besemos a nuestros niños a la hora de dormir.  Digámosles cuán importante son en nuestras vidas.

10.    Escuchemos con nuestros oídos, ojos, cerebro y corazón.  ¡Apreciemos nuestra familia!

Por nuestros niños, decidamos qué es importante para nosotros, y acordemos qué hacer en el año entrante para añadir más significado a nuestra vida familiar, según nuestros valores.

Pruebas para Padres de Familia

Marisol Muñoz-Kiehne, PhD

¿Cuán bien conoce a sus hijos? ¿Cómo se calificarías si hubiera una prueba sobre el ser padre o madre de familia?  Si bien no existe tal examen, el siguiente cuestionario le dará una idea de las áreas que ya domina, y de las que necesitan más atención, para enriquecer su relación con sus hijos.

Instrucciones

Este cuestionario debe ser completado a solas, una vez por cada hijo.  Otras figuras maternas y paternas pueden completar el cuestionario por separado, para luego discutir y comparar las respuestas.

Lea y piense en cada enunciado, conteste Sí o No, y apunte sus respuestas.

  1. Sé la fecha y hora en que nació.
  2. Sé cómo se llama su pediatra y donde queda su clínica.
  3. Sé qué padecimientos tiene y qué medicinas toma.
  4. Sé qué comida disfruta.
  5. Sé qué música prefiere.
  6. Sé qué juegos, deportes, y pasatiempos le ocupan.
  7. Sé los nombres de sus amigos y “enemigos,” reales e imaginarios.
  8. Sé el nombre de su guardería o escuela, y el nivel que cursa.
  9. Sé el nombre de su niñera, proveedor de cuidado diurno, o maestros.
  10. Sé cuáles son sus materias y tareas predilectas.
  11. Sé de sus logros y de sus luchas recientes.
  12. Sé de sus alegrías y de sus penas presentes.
  13. Sé hablarle sobre temas difíciles.
  14. Sé de sus sueños, fantasías, anhelos e inspiraciones.
  15. Sé qué le preocupa y le angustia, y a qué le teme.
  16. Sé qué le duele y qué le enoja.
  17. Sé cómo disciplinarle sin lastimarle.
  18. Sé cómo manejar mi enojo sin maltratarle.
  19. Sé cómo manejar mi estrés sin contagiarle.
  20. Sé cómo manejar mi tiempo sin descuidarle.

Una vez haya completado el cuestionario, repáselo con sus hijos, con su pareja, y/o con otros quienes le ayudan en la crianza de sus niños.  Celebre sus respuestas acertadas, y descubra las respuestas correctas a las preguntas que falló.

Recuerde que, ya que se trata del complicadísimo y difícil trabajo de ser padre de familia, nadie obtiene una puntuación perfecta, mas debe aspirar a mejorar su calificación.

Dado que sus hijos y sus circunstancias cambian con el tiempo, tome el cuestionario periódicamente y actualice sus respuestas.

Para mejorar sus puntuaciones presentes y futuras en este cuestionario y en las pruebas de la vida, consulte fuentes de información y orientación, e inscríbase en clases sobre comunicación, disciplina, manejo del enojo y manejo del estrés.

Visite éste y otros sitios para padres en la Internet, y escríbanos, pues estamos para servirle.  Podemos ayudarle con sus respuestas… ¡y con sus preguntas!

Preguntas para Pláticas Preventivas

Marisol Muñoz-Kiehne, PhD

Una manera divertida y estimuladora de “romper el hielo” al conversar con adolescentes sobre temas delicados es jugando a las preguntas al estilo de "¿qué harías?"

Las preguntas tales como "¿qué harías?" también pueden utilizarse al discutir noticias, películas, y otras situaciones que los jóvenes pudieran encontrar o enfrentar en sus vidas.

Es importante facilitar que los adolescentes respondan espontáneamente, prestándoles atención con oídos, ojos, mentes y corazones abiertos, ¡y sin críticas!

He aquí algunos ejemplos:

¿Qué harías...

  • para saber si estás verdaderamente enamorado(a) de alguien?
  • si no sabes si lo que sientes es atracción física o algo más?
  • para saber si alguien te quiere de verdad?
  • para darte a respetar y a valer entre tus compañeros?
  • si alguien te ofrece alcohol o drogas para seducirte?
  • para resistir la presión a tener relaciones sexuales cuando no estás seguro(a)?
  • si crees que tu pareja te va a dejar por no complacerle sexualmente?
  • para saber cuán sana es tu relación con tu pareja?
  • para fortalecer la conexión con tu pareja en lugar de tener relaciones sexuales?
  • para saber cuándo estás listo(a) para tener relaciones sexuales?
  • para protegerte de enfermedades si decides tener relaciones sexuales?
  • para evitar embarazos si decides tener relaciones sexuales?

Para conversar sobre las posibles consecuencias o complicaciones de las respuestas que ofrezcan los jóvenes, es preferible, en lugar de ofrecer correcciones o consejos, preguntarles "¿y qué pudiera suceder si haces lo que dices?"

Además, los padres pueden contarle a sus adolescentes sobre sus vivencias en situaciones similares durante su juventud.

Y, usando buen tino para saber cuándo los jóvenes estén más receptivos a escucharlas, los padres pueden ofrecer sus impresiones y recomendaciones sobre cada una de las situaciones.

Preguntas de Pequeños Pensadores

Marisol Muñoz-Kiehne, PhD y Rona Renner, RN

Los niños sienten curiosidad sobre el mundo en el que viven y sobre las personas que le rodean. Es importante contestar sus preguntas honestamente, con información apropiada a su edad.

Una madre de un niño de cuatro años pregunta: "Mi niño me preguntó, ¿De dónde vine yo?' Le dije que salió de mi vientre, pero entonces preguntó, ‘¿Cómo, mamá? ¿Te dolió?’¿Cómo debo responder preguntas como éstas?"

Tal vez usted sienta envidia de los padres de generaciones anteriores, quienes les decían a sus hijos "A tu hermanito lo trajo la cigüeña," mas no debemos informar incorrectamente a los niños. Los padres de familia son los primeros maestros de sus hijos, y mientras más sus hijos puedan hablar con usted, sabiendo que les responderá con información fiable y con cariño, más confiarán en usted durante su niñez y más allá.

He aquí unas guías para esta mamá, las cuales también aplican a otras preguntas difíciles que hacen los niños:

Si le tomaron por sorpresa y no sabe qué decir, o si le incomoda la idea de hablar al respecto mientras están en un autobús lleno, puede decir: "Excelente pregunta. Hablemos sobre esto cuando lleguemos a casa." Así tendrá tiempo para organizar sus pensamientos.

Comience preguntándole al niño lo que sabe, lo que ha oído, y por qué le interesa. Quizás se confundió con la idea de que los bebés vienen del vientre de la mamá porque no puede figurar cómo puede la comida estar en el mismo lugar que el bebé. Usted puede decir: “Hay un lugar especial en el cuerpo de las mujeres que se llama útero, y los bebés están cómodos allí mientras van creciendo.” Si su hijo se satisface con esa explicación, puede ver si tiene otras preguntas.

Use las palabras apropiadas. Si nos da pena, evitamos palabras tales como senos o pene, y en su lugar usamos palabras tontas. Ya que los niños aprenden los nombres apropiados para las otras partes del cuerpo, deben aprender los nombres apropiados para las relacionadas a la reproducción y el placer sexual.

Hable simplemente. "Tú empezaste a crecer en mi útero cuando una semilla mía y esperma de papá se juntaron.” Pueden sembrar semillas y ver crecer flores y verduras. Si su hijo curioso quiere saber más de lo que usted está preparado a discutir, pida ayuda a amigos o recurra a libros. Si usted no sabe cómo explicar el “abrazo especial que es sólo para adultos,” Robie Harris tiene una serie de libros extraordinarios. El diseñado para niños de cuatro años en adelante se llama ¡No es la Cigüeña!

Cuando usted presta atención a las preguntas de sus hijos, su actitud alienta en ellos la curiosidad y la confianza.

Para Papás

Marisol Muñoz-Kiehne, PhD

Los Papás del Presente Participan con Pelotas, Piñatas, Paseos, ¡y Pañales y Pachas!

Papá Protector y Proveedor

A lo largo de la historia y a través del mundo, típicamente a los papás se les ha encargado de las importantes tareas de proteger y proveer para sus hijos. Como si fueran superhéroes con poderes poderosos, se espera que los padres hagan lo posible y lo imposible como defensores de sus crías ante todo mal que pueda amenazarles o acecharles. Y papá ha de proteger a sus niños aún cuando ha de salir a trabajar fuera de casa para ganarse “el pan de cada día,” pues en la mayoría de las familias se depende principalmente del ingreso de papá para el sustento de los hijos.

En las familias modernas los padres comparten con las madres los papeles de protector y de proveedor. Además, desempeñan muchos otros roles igualmente valiosos para el desarrollo y bienestar de los niños. En los hogares y sociedades contemporáneos, los Papis se hacen presente y participan en la crianza infantil como educadores, entrenadores, compañeros de juego, chóferes, cocineros, y más…

Papá Policía y Profesor

Justa o injustamente, a los papás a menudo se les asigna implementar la justicia en casa, sirviendo de policía o juez a la hora de disciplinar a los niños. Ciertamente es importante que sus hijos reconozcan a papá como figura de autoridad, pero recordemos que disciplinar, más que corregir o castigar, consiste en educar.

Haya o no cursado estudios, Papá es de los profesores primeros y principales para sus hijos, especialmente durante la infancia y niñez temprana. Los padres enseñan a sus pequeños lecciones de vida cruciales y perdurables.

Papá del Presente, ¡Presente!

Si bien en tiempos pasados los papás a menudo brillaban por su ausencia en funciones y otras ocasiones pertinentes a sus hijos, el padre del presente trata de hacerse presente. A pesar de los obstáculos que se le presentan para presentarse a la cena todas las noches, o a las citas médicas y eventos escolares, Papá entiende la importancia de su presencia en el vivir cotidiano de sus hijos.

Lo agradezcan con palabras o no, los niños aprecian poder contar con su papá por lo menos al principio o final de cada día. Conforme van creciendo, la presencia de Papá reduce el temor y el dolor que sienten sus hijos ante la inyección o la decepción, y aumenta el gozo y el orgullo que sienten ante la hazaña realizada en el partido o el escenario.

Papá Rey y Partícipe

Se dice que el padre es el rey del hogar. Si es así, no ha de ser un rey remoto que reina desde la distancia de su trono. En el reino moderno el papá rey honra a la reina y a las princesas y príncipes, haciéndose partícipe de sus experiencias y actividades.

Para que Papá participe plenamente en los eventos principescos, familiares, escolares, y demás, apremia que tanto el rey se muestre disponible e interesado en participar, como que la reina y el resto del reinado le incluyan desde el principio en los preparativos y planes. A pesar de los adelantos notables en la participación de los padres en asuntos infantiles, existen costumbres, expectativas y barreras que obstaculizan las mejores intenciones de Papá…

El Rey Papá participa directa y activamente en la formación de sus hijos regalándoles su atención y su tiempo. Los estudios científicos han demostrado que el tiempo que comparten los niños con sus padres contribuye de manera determinante al desarrollo infantil, y a sus relaciones presentes y porvenir. Si “el tiempo es oro,” ¿qué legado más valioso puede ofrecerle Papá Rey a sus niños?

A continuación ilustramos varias maneras en las que los papás pueden ser parte y partícipes de los procesos y progresos de sus hijos por medio del tiempo compartido con ellos. Papá puede adoptarlas o adaptarlas según la edad de sus hijos y sus preferencias.

Papás y Pelotas

El juego es de las mejores maneras de estimular el crecimiento y el aprendizaje infantil, y de cultivar una relación estrecha y placentera entre padres e hijos.

  • Juegue con cada uno de sus hijos individualmente, prestándoles atención plena
  • Jueguen adentro y afuera de casa, juegos tranquilos y juegos activos
  • Conozca y cultive los talentos de sus niños al jugar con ellos

Papás y Piñatas

Las fiestas familiares, fechas y tradiciones culturales, y otras ocasiones especiales son especialmente propicias para promover la participación paternal.

  • Hágase presente en los cumpleaños de sus hijos y en otras festividades familiares
  • Cuénteles y léales cuentos sobre la historia de la familia y de su país de origen
  • Muéstreles retratos de su propia niñez, y presénteles a sus parientes y antepasados

Papás y Paseos

Tanto los paseos reales como los imaginarios conducen a la exploración y al aprendizaje. ¿Qué mejor guía y chofer para los pequeños que Papá?

  • Salgan en paseos familiares regularmente, sea a pie o por auto, autobús o tren
  • Lea con sus hijos, llévelos a la biblioteca y descubra sus intereses
  • Participe en la educación formal de sus hijos asistiendo a su guardería o escuela

Papás y Pañales

El cambiar pañales es una tarea que no por ser poco agradable es menos importante. El Papá del presente asiste, acude, acompaña a sus hijos en lo tedioso, doloroso, ¡y oloroso!

  • Participe en el aseo personal de sus pequeños
  • Aporte a la limpieza y mantenimiento de su hogar
  • Ofrezca solidaridad a sus hijos ante tareas desagradables y difíciles

Papás y Pachas

Como dice el refrán, “barriguita llena, corazón contento.” Los papás de hoy saben que es importante nutrir tanto el estómago como el espíritu de sus hijos.

  • Cocine con sus niños, y aprenderán que los hombres pueden ser buenos cocineros
  • Alimente a sus chicos, y cene con su familia lo más frecuentemente posible
  • Dígale a sus hijos que los ama, a diario, no importa su edad

Libros para y sobre Papá

  • Buenos padres, mejores hijos (Dr. Ron Taffel)
  • Claves para convertirse en buen padre (Dr. William Sears)
  • ¿Tal como su padre? (Dra. Marisol Muñoz-Kiehne y Dra. Liane Leedom)

Papás Atentos y Amorosos

Marisol Muñoz-Kiehne, PhD y Rona Renner, RN

En los Estados Unidos, el Día de los Padres se celebra en Junio. Si usted es papá, seguramente se siente afortunado de criar y guiar a sus hijos mientras los ve crecer.

Muchos hombres nos dicen que hubieran deseado que sus padres estuvieran más disponibles para enseñarles a ser responsables y valerosos, y que hubieran querido que sus padres les hubieran dicho “Te quiero” o “Estoy orgulloso de ti” más a menudo. Cuando los niños crecen sin haber compartido bastante tiempo con sus papás, pueden llevar esta añoranza hasta la adultez.

Los padres son importantes para la vida de sus hijos, pero frecuentemente los papás no pasan suficiente tiempo son sus hijos, debido a las circunstancias, las cargas económicas, o las limitaciones emocionales. En estos casos, algunos niños tienen la suerte de tener padrastros u otros hombres en sus vidas preocupados por su bienestar, tales como un tío, maestro, hermano mayor, mentor, u otra figura paterna.

Tome un momento para pensar en lo que usted aprecia o apreciaba sobre su padre o el hombre que contribuyó a su crianza. ¿Qué lecciones valiosas le enseñó? ¿Qué hará de manera diferente con sus propios hijos? Todos podemos aprender de los logros y luchas de nuestros papás.

Ser un buen papá comienza con sentir amor, mas también toma práctica y paciencia. He aquí unas guías para que los padres se mantengan conectados a sus hijos todo el año.

Dígale a sus hijos que los ama. Nunca es muy tarde, no importa la edad que tengan. Sea específico, por ejemplo, “Me encanta tu sentido del humor.”

Escriba una carta o poema a sus hijos sobre lo que significa para usted ser padre.

Cuénteles cuentos y muéstreles retratos de su propia niñez.

Diviértase con sus hijos. Jueguen a la pelota, monten bicicleta, llévelos al parque. Compartan menos gritos y más risas.

Lea con sus hijos. Llévelos a la biblioteca y descubra sus intereses.

Saque tiempo para paseos con cada uno de sus hijos regularmente.

Lleve a sus hijos a su trabajo. Disfrutarán ver lo que usted hace y conocer a quienes trabajan con usted.

Participe en la escuela de sus hijos. Se enorgullecerán de verle asistiendo en el aula o acompañándolos en los paseos. Si no puede excusarse de su trabajo, pregunte de qué otras maneras puede ayudar.

El tiempo y la atención que usted le dedique a sus hijos tendrá una influencia de por vida. Aún si usted está muy ocupado, apartar ratos para prestarle atención positiva significará mucho para ellos. Sus actos y palabras atentas ayudarán a sus niños a convertirse en adultos confiados y amables.

Y, padres, cuídense bien. ¡Sus familias les necesitan!

Nuestros Niños en Nuestras Manos

Marisol Muñoz-Kiehne, PhD

Cada niña y cada niño es único, “como los dedos de la mano,” mas gran parte del bienestar y porvenir de todos nuestros niños está en nuestras propias manos.

Se dice que “juego de manos, juego de villanos,” pero en este caso nuestros dedos nos pueden recordar lo que debemos hacer diariamente para apoyar, impulsar, y levantar a nuestros niños, según lo necesiten.

El Pulgar: En lugar de chuparnos el dedo o empinar la botella, animemos a nuestros niños comunicándoles confianza y esperanza.

El dedo Índice: Para apuntar al leerles, y para señalarles los caminos rectos y los torcidos.

El dedo del medio: Va directo al corazón; alentemos y demostremos a nuestros niños que los amamos.

El dedo Anular: Donde lucimos los anillos que significan compromiso; mostremos nuestra dedicación a su salud, bienestar y aprendizaje participando en sus vidas activamente.

El Meñique: Nos sirve para despejar nuestros ojos y oídos; observemos y escuchemos con atención a nuestros hijos.

No es tan fácil como suena, “no se puede tapar el cielo con un dedo.” Pero si ponemos a trabajar nuestros dedos y manos, reconoceremos e invitaremos a aquellos quienes pueden “echarnos una mano.” Extendamos nuestras manos ofreciendo ayuda y apoyo “a manos llenas,” tanto a nuestros hijos, como a otros quienes parezcan necesitar “una mano amiga.” Estrechemos sus manos, que con nuestras manos enlazadas crearemos una red que resistirá firmemente los manotazos de la vida.

Padres Amigos y Aliados

Marisol Muñoz-Kiehne, PhD y Rona Renner, RN

Una vez nacen los hijos, los padres de familia experimentan dichas y desafíos. La crianza de los niños es una responsabilidad enorme, y es inevitable que se eleven los niveles de estrés. La mayor parte de las parejas dicen experimentar un aumento en la tensión dentro del matrimonio o relación cuando se convierten en padres de familia.

Si bien hasta los buenos padres se gritan en presencia de sus niños, los estudios señalan que esto atemoriza a los niños, quienes a menudo piensan que los conflictos se deben a ellos. Es importante reducir la exposición de los niños a las peleas entre sus padres.

He aquí un ejemplo de una situación típica que puede conducir a un intercambio negativo o a una pelea:

Usted acaba de recoger a los niños del cuidado infantil; su hogar necesita limpieza, la cena necesita ser preparada, y los niños necesitan su atención. Su pareja llega a casa y dice, “Tuve un día muy difícil en el trabajo, tengo hambre, ¿por qué la cena no está lista?”

Cómo usted responderá depende de factores tales como su estado de ánimo, su crianza, si ya siente resentimiento hacia su pareja, y cómo se siente acerca de pelear en presencia de los niños.

Una persona tal vez se enojaría y gritaría desde el otro cuarto, “¿Acaso estoy de brazos cruzados? Nada más piensas en ti, así que prepárate tu propia comida.” Otro padre de familia quizás diría, “Cariño, estoy en el dormitorio. Ven y danos un beso, y luego recalentamos la comida de anoche. Siento que tu día haya sido difícil.”

¿Cómo respondería usted? Repase estas guías para mantener relaciones amorosas y amistosas con su pareja:

•    Aprendan a reconocer cuando sienten enojo, pues entonces no razonan óptimamente. “No puedo hablar ahora. Regresaré en unos minutos.”

•    Cuando se percaten de sentir estrés, tomen varias respiraciones profundas y retírense a un lugar donde puedan calmarse. Pregúntense qué sienten. ¿Es decepción, sentimientos heridos, frustración, tristeza?

•    Cuando lleguen a casa, bese o abrace a su pareja antes de empezar a quejarse. Recuerden que son amigos, y que ambos trabajan duro.

•    Saquen tiempo para cultivar la relación de pareja. Con el pasar del tiempo pueden distanciarse. Planifiquen una cita semanal, préstense atención cuando los niños duermen.

•    Compartan comentarios positivos que especifican lo que es de su agrado. “La sopa que hiciste estuvo deliciosa, gracias.” O, “Me gusta cuando le lees a los niños. Tener un ratito libre me hace bien.”

•    Cuídense. Si su pareja pierde el control, retírese o pida ayuda.

•    Procuren apoyo si parecen no poder restaurar su relación. Consulten a familiares, amistades, líderes religiosos o terapeutas.

Noticias Negativas y Niños

Marisol Muñoz-Kiehne, PhD

A nivel local y nacional, la mayor parte de los medios de comunicación reportan como malas noticias las muertes ocasionados por los recientes desastres naturales, pero anuncian noticias tales como la muerte de Osama Bin Laden como una buena noticia.

Las conversaciones casuales y serias en muchos de nuestros hogares y comunidades le hacen eco. Estas reacciones pueden crear confusión y perplejidad en los niños que las presencian, ya que usualmente festejamos los nacimientos y casamientos, mientras lloramos los fallecimientos.

¿Qué Hacer?

•    Antes que nada, pongámonos en el lugar del niño o niña en particular. ¿Qué ha visto o escuchado sobre los acontecimientos del 11 de septiembre del 2001?  La mayoría no había nacido entonces, o estaban muy pequeños para entender los particulares. Según su edad y capacidad para comprender, podemos explicarles que se cree que Osama Bin Laden encabezó unos actos terroristas en los Estados Unidos que suscitaron muchas muertes y gran sufrimiento e inseguridad en quienes aquí vivimos. Es un buen momento para una breve lección de historia. Preguntémosles: "¿Sabes lo que sucedió el 11 de septiembre en el año 2001?"

•    Debemos hablar con los niños sobre cómo, al ser atacados, tendemos a reaccionar con temor y con deseos de defendernos o vengarnos. Tomemos ejemplos basados en las experiencias del niño, de cuando se haya sentido intimidado o lastimado. "¿Recuerdas cómo te sentiste cuando fulanito te insultó y te golpeó?"

•    Entonces podemos conversar sobre cómo algunas personas celebran la muerte de Osama Bin Laden porque tenían miedo de que volviera a hacernos daño, y sienten alivio al pensar que el peligro ha pasado, ya que no podrá atacarnos otra vez. "Es parecido a cuando le quitaron la vida al tigre que había atacado a los muchachos en el zoológico."

•    También hemos de platicar sobre los ataques terroristas como actos injustos, en los que, como dice el dicho 'pagan justos por pecadores,' provocando ira e intención de venganza. Quienes se alegran ante la muerte de quienes cometen actos terroristas piensan que se hizo justicia mediante la revancha. "Los que celebran creen que es importante que el que la haga, lo paga."

•    Ya que estos temas provocan toda una gama de pensamientos ofuscados y sentimientos encontrados, no nos limitemos a transmitirle a nuestros niños lo que pensamos y sentimos nosotros. Como seres pensantes y sensibles en desarrollo, preguntémosles a ellos lo que opinan y lo que sienten. Tal vez nos enseñen o recuerden lecciones meritorias. "¿Qué te parece a ti todo esto, Lupita?"

•    Aprovechemos para enseñar a nuestros niños sobre los peligros poderosos del fanatismo y del terrorismo. "Aprendamos sobre el fanatismo y el terrorismo, para evitar los errores y horrores que éstos acarrean."

•    No dejemos pasar la oportunidad de reconocer que existen distintas perspectivas y puntos de vista, pues seguramente los familiares y seguidores de Osama Bin Laden están penando su muerte. "Todo es según el color del cristal con que se mira."  

Y tomemos un paso más, preguntándonos y preguntando a nuestros niños qué podemos hacer para sentirnos más seguros y tranquilos, y para hacer nuestra parte de manera que algún día la humanidad aborde la convivencia con conciencia e inteligencia, y sin violencia.

Niñas Saludables y Sonrientes

Marisol Muñoz-Kiehne, PhD y Rona Renner, RN

En marzo es el Día Mundial de la Mujer y es el Mes de la Historia de la Mujer, cuando conmemoramos las contribuciones de mujeres famosas y no famosas, y reflexionamos sobre cómo criar a nuestras niñas fuertes, sanas, y felices.

Hoy en día las niñas sienten mucha presión por parte de sus padres, sus maestros, y la sociedad. Se espera que las niñas se destaquen en la escuela, los deportes, las relaciones, y la moda. Los medios de comunicación presentan a las niñas y a las mujeres delgadas y sexy. Estas imágenes disminuyen la auto-estima de las niñas cuando la manera en que éstas se ven no coincide con las expectativas de otros. La depresión, el suicidio, los trastornos alimenticios y otros problemas de salud mental han aumentado en las niñas. Éstas se sienten estresadas; la cultura popular está perjudicando a nuestras chicas desde pequeñas.

Comenzando temprano, los padres pueden hacer mucho por que sus hijas se sientan bien consigo mismas. Las niñas necesitan tiempo para jugar y para explorar su naturaleza y resistir las presiones a encajar en moldes particulares.

He aquí algunas medidas que pueden tomar los padres de familia para ayudar a sus niñas a desarrollar una auto-estima saludable según cursan su viaje hacia la adultez:

Preste atención a cómo usted habla sobre la apariencia, vestimenta, y maquillaje de las mujeres.

Lean libros sobre mujeres que han contribuido a la sociedad por medio de su inteligencia, compasión, o esfuerzos.

No espere que sus hijas luzcan “felices” todo el tiempo. Acéptelas cuando se sientan tristes, enojadas, o asustadas. Aliéntelas a expresar sus sentimientos y sus pensamientos.

Pídale a sus hijas que le ayuden cuando trabaja en oficios tales como componer la verja o el auto. Los papás pueden tener una gran influencia en la auto-estima de sus hijas. Demuéstreles que su amor hacia ellas no está basado en lo que logren o en cómo luzcan.

Mire la TV con sus hijas y hablen acerca de cómo se presenta a las niñas y mujeres. Anímeles a que escriban sobre sus experiencias.

Invite a las amistades de sus hijas a casa. Vea cómo se tratan entre sí, y esté pendiente paran reconocer señales de que se estén presionando de maneras perjudiciales o estén enfatizando demasiado la apariencia física o las dietas.

Provéale oportunidades a sus hijas para participar en servicio comunitario. Ayúdeles a descubrir lo que ellas quisieran hacer, tal como ser voluntarias en un centro de cuidado infantil, cocinar en un albergue, o trabajar en un jardín comunitario.

Comparta tiempo con sus hijas en actividades que disfruten. Salgan a caminar, jueguen deportes, o juegos de mesa. Diviértanse juntos sin presiones.

Recuérdele a sus hijas con palabras y actos que usted las ama tal como son.

Los padres de familia quieren que sus hijas crezcan apreciándose a sí mismas y encontrando significado en sus vidas. Pueden ayudarles a desarrollar confianza y capacidades al escucharlas comunicar sus inquietudes y sueños, y manteniéndose conectados según crecen.